¿Qué tiene Andalucía que a enamora a todos los que la visitan? Serán sus paisajes, sus joyas monumentales como la Alhambra o el duende de sus gentes. Un duende que podemos sentir en el amplio catálogo de refranes andaluces que están en el saber popular. En este artículo hemos hecho una recopilación de los mejores.

Refranes de Andalucía

¡Quién te conoció, ciruelo!
¡Soy de Lora, soy de Lora, soy de la rica ribera, donde fabrican el oro y azúcar y la canela.
¿Cómo estará Sevilla cuando no quiere trigo?
¿Qué venden en Gradas? Castañitas mondadas o tostadas.
A bodas y niño bautizado, no vayas sin ser llamado.
A borracho fino, primero agua y luego vino.
A burro que no conozcas no le tientes las orejas.
A Cazalla por monas, a Alanís por bogas.
A Churriana la comparo con el culo de una taza; todas son cuestas arriba hasta llegar a la plaza.
A contar los frailes que me han dicho que se ha perdio uno.
A don Penséque y a don Creíque los ahorcaron en la Puebla de Don Fadrique.
A enemigo que huye, puente de plata.
A falta de reja, culo de oveja.
A fuer de Villamartín, que tiene el vado el más ruin.
A hombre de Ronda, nunca lo creas.
A la entrada de Lucena lo primero que se ve, son las ventanas abiertas y las camas sin hacer.
A la entrada del Padul y a la salida de Dúrcal hay un letrero que die : «La cosa está como nunca».
A la sombra de un árbol sin fruto me puse a pensar, que pocos amigos tiene el que poco tiene que dar.
A las diez en la cama estés, si puede ser antes mejor que después y aunque tengas el corazón de bronce en la calle que no te den las once.
A los de La Granja, naranja, y a los de Fuenteovejuna, aceituna.
A moro muerto dos lanzadas.
A pájaro vivo no le falta agujero.
A Sanlúcar, por atún y a ver al duque.
A Sevilla me he de ir a buscar un sevillano, que los mozos de Madrid mucha paja y poco grano.
A Tarifa, la guerrera no se toma como quiera.
A tres del mes, toros en Jerez.
A un clavo ardiendo se agarra el que se esta hundiendo.
Abril tiene cara de beato y uñas de gato.
Abriles y condes, los más son traidores
Aceite abundante buen año por delante.
Aceite y aceituna a veces mucha otras ninguna.
Aceite y romero frito, bálsamo bendito.
Adamuz, pueblo sin luz.
Adivino de Marchena, que el sol puesto, el asno a la sombra queda.
Agosto, frío en rostro
Agua de agosto, azafrán, miel y mosto
Agua de cielo, no quita riego.
Agua para sustos y vino para gustos.
Agua y luna, el tiempo de la perruna.
Aguilar y Montilla, Cabra y Lucena; estos cuatro lugares son de la reina, y respondió la reina muy enfadada: Aguilar y Montilla no valen nada.
Al buen trigo en el arcón, no le falta comprador.
Al desnudo le hacen mas dos sayos que uno.
Al hablar, como al guisar, su granito de sal.
Al uso de Arahal, tres borricos encima de un animal.
Al viejo y al bancal todo lo que se le pueda sacar.
Almería, patria mía, puerto de mar venturoso, amparo de los navíos y de los hombres reposo.
Amistades que sean ciertas, siempre las puertas abiertas.
Amores reñidos, son los mas queridos.
Andar, andar, y Jabalquinto a la par.
Andujar, gente granuja; Arjona, gente ladrona; Arjonilla, gente pilla; Marmolejo, cuerno viejo.
Antequera está en un hoyo, y Mollina, entre olivares, y la triste de Pedrera no tiene más que una calle.
Año de heladas, año de parvas
Año de hierba, año de mierda.
Año de nieves, año de bienes
Año del Condado, año endiablado.
Año heladero, año aceitero.
Aquel que presume de honra es porque carece de ella; aquel que no tiene capa se acuerda de Grazalema.
Arco al levante, no te espantes; arco al poniente, desunce y vente.
Arco al poniente, coge el arao y vente.
Ave de pico no hace al amo rico.
Avellanas con Montilla, almendritas con Jerez, nuececitas con Moriles, y en mi mesa pon los tres.
Badolatosa, por un cuarto se ve la cosa.
Baeza, el colmo de la fantasía y el no va más de la pobreza.
Baezanos, tontos y vanos.
Barbero, loco y parlero.
Buena vega tiene Lujar, y buen zacatín Rubite, y buenas muchachas rubias Oliar y Fregenite.
Buena vida, mal testamento.
Bueno es un amigo en Aroche, pero mejor es el dinero en el cofre.
Buey suelto bien se lame.
Caballo y blasón, armas de Morón.
Cachito de cielo como el de Osuna no lo hay en tierra alguna.
Cada cual con su gusto va bien servío.
Cada palo aguanta su vela.
Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.
Campanas de Chucena, gañanes a la candela.
Caña dulce de Motril, vino de Granja y agua de Genil.
Caracoles sin picante, no hay quien los aguante.
Cazorla tiene tres cosas que no las tiene Baeza, San Isidro, Montesión y la Virgen de la Cabeza.
Chacina de Jabugo, la mejor del mundo.
Cielo aborregado, suelo mojado
Cielo empedrado, vendaval declarado.
Como el alcalde de Trebujena, que se murió de una pesadumbre ajena.
Como el cabrero de Mairena: cabra fuera, peso duro a la montera.
Como el cura de Almogía, que quería casorio y capellanía.
Como el enfermo de Rute, que se comía los pollos piando.
Como el perro de Écija, que mirando la luna se secó, pensando que era manteca.
Como el que tiene un tío en Graná que ni tiene tío, ni tiene na.
Como la gente de Macael, que si no se echa un brindis se queda sin él.
Como los burros de Albox, ande tira uno, tiran tos.
Con el amigo incierto, un ojo cerrado y otro abierto.
Con el tiempo y una caña hasta las verdes caen.
Con la vara que midas serás medido.
Constantina de la Sierra, ¡quién te pudiera traer metida en la faltriquera como un pliego de papel!
Córdoba, ciudad bravía, que entre antiguas y modernas, tiene trescientas tabernas y una sola librería.
Córdoba, cordobeses; aguas frías, mujeres calientes; caballos corredores, hombres traidores; los de caballo, mas no los peones.
Cuando alguien juzgue mi camino, le presto mis zapatos.
Cuando Almería era Almería, era Granada su alquería.
Cuando asoma la nube d’Arcalá, el agua no faltará
Cuando Dios vino a este mundo trajo vino para Él, y donde plantó la viña salió el vino de Jerez.
Cuando el andaluz canta, una pena tiene en la garganta.
Cuando el gato no está, los ratones bailan.
Cuando el grajo grajea, si no es mediodía, poco le queda.
Cuando el hombre está pretendiendo, la mujer es la que manda, pero al otro día de casados, los papeles ya se cambian.
Cuando el sol se pone cubierto en jueves, a los tres días llueve
Cuando el tonto coge la linde, la linde se acaba pero el tonto sigue.
Cuando Estepa tiene montera, llueve aunque Dios no quiera.
Cuando fueres a Brenes, lleva qué cenes y cama en que te eches; si no, negra noche tienes.
Cuando fueres a Lebrija, primero pregunta por la madre que por la hija.
Cuando ladra el perro de Rota, el agua viene que trota.
Cuando marzo marcea, la vieja en el rincón se mea.
Cuando marzo mayea, mayo marcea.
Cuando marzo vuelve el rabo, no queda oveja con pelleja ni pastor deszamarrado
Cuando no hay pan buenas son tortas.
Cuando quise no quisiste, ahora quieres, y yo no quiero, pásate la vida triste, que yo la pase primero.
Cuando seas padre comerás huevos.
Cuando solano llueve, las piedras mueve
Cuando truena la Cuba en Rota, el agua viene que trota.
Cuando Vera influía en la realeza, Pulpí era su dehesa.
Cuanto más pequeño es el bosque, más grande parece la liebre.
Cuanto más primo, más te la arrimo.
Cuanto más viejo, más pellejo.
Dame donde me siente, que yo haré donde me acueste.
De Alcolea, ni mujer ni suegra.
De Antequera, ni mujer ni montera, y si ello ha de ser, antes la montera que la mujer.
De Cádiz a Judea no es menester marea.
De Caniles a Baza hay una legua, en llegando a la torre no hay más que media.
De donde relampaguea, de allí ventea.
De gente de Lucena no esperes acción buena.
De gente de Paradas nada; pero lo que se dice ¡nada!
De golosos y tragones están llenos los panteones.
De Guadalcanal, ni hombre, ni mujer, ni temporal.
De Huelma, ni macho ni hembra, ni aire que de allí venga.
De Jaén ni mujer ni burra; y en caso de duda, deja la mujer y tráete la burra.
De Jaén, ni burro ni mujer ni aire que venga de él.
De la olla de San Francisco, comen cuatro y comen cinco.
De lo mío quiero maldecir, pero no quiero mal oír.
De Lora, ni buen viento ni buen casamiento.
De Lucena, el vino y las hembras; porque los hombres todos son a cual peores.
De Lucena, ni una es buena.
De Luque, ni el aire quiero.
De Málaga el peine para que peine.
De Málaga, vino, pasas, boquerones y batatas.
De Martos, con pocos hay hartos; y de Torredonjimeno, menos.
De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va.
De Medina Sidonia, buenos alfajores y buenas zorras.
De Montoro, ni el polvo.
De Osuna, ni la luna.
De Ronda, ni buen viento, ni buen casamiento, ni buena hoz de podar, ni buen buey de arar.
De Rota la tintilla, de Sanlúcar la manzanilla y de Jerez, el rey de los vinos es.
De Sevilla, mano que ve, ojo que pilla.
De Torrox, la caña dulce, y de Nerja, las batatas; de Vélez, el boquerón; de Málaga, las muchachas.
De tus leños mil, guarda ciento para abril, y pan para mayo y pasarás el año.
De Úbeda, ni viento ni casamiento.
De Villaluenga, ni el macho ni la hembra.
De Málaga, vino, pasas, boquerones y batatas.
Del árbol caído todos hacen leña.
Del conejo lo que mira al cielo, de la perdiz lo que mira al suelo.
Del corazón de una encina nacieron los de Alfarnate: gansos por naturaleza, brutos a nativitate.
Del despiste del despistado vive siempre el espabilado.
Del Genal, la castaña en esportal.
Del jefe y el mulo, cuanto más lejos más seguro.
Desde que te vi venir te conocí las ventajas, tu serás buen albañil pero a mi no me trabajas.
Día que pasa de enero, ajo que pierde el ajero, pero no es en la ristra, es en el ponedero.
Diciembre, mes de alegría, el veinticinco parió la Virgen María.
Dime chiquilla, como te va de casada, pues como moza de servicio, pero sin recibir paga.
Dios hace milagros, pero no preña viejas.
Discurre mas un hambriento que cien letrados.
Écija, ciudad bravía y sartén de Andalucía.
Écija, ciudad del sol, que en verano no gasta carbón.
Écija, la del sol ardiente, mucho trigo y mucho aceite, de muy buen humor la gente y aficionadilla al aguardiente.
Écija, la gran solina, donde se derriten volando las golondrinas.
El abad de La Redondela, si bien come mejor cena.
El agua en San Juan quita vino, aceite y pan.
El asnillo de Aracena, que cuando más andaba más ruin era.
El buen perdigón, de la sierra de Morón.
El buen vino se ha de beber en cristal fino.
El buey suelto bien se lame.
El burro chico siempre es pollino.
El burro que más trabaja más roto lleva el aparejo.
El cabrero de Arahal: comía, bebía, hacía de fiscal y echaba las cabras del garbanzal.
El cielo borreguero, vendaval o agua del cielo.
El conejo y la perdiz, donde nace va a morir.
El cura de Casares tiene una potra que, cuando monta en ella, se le alborota.
El cura de Morote, viejo chocho y simplote.
El diablo anda en Cantillana y el obispo en Brenes.
El diablo está en Cantillana, urdiendo la tela y tramando la lana.
El dinero y la hermosura, no dejan de ser basura.
El hijo del asno, dos veces rebuzna al día.
El mal año entra nadando
El marqués de Santa Cruz hizo un palacio en El Viso, porque quiso.
El más tonto de Albox, es abogado en Lorca.
El melón y el casamiento es un acertamiento.
El nabo y el marrano tienen que salir gordos del verano.
El pan como hermanos y el dinero como gitanos.
El pastor de Chiclana, que se comió el cordero y dejó la lana.
El que caga duro y mea claro no necesita ni médico ni boticario.
El que come y deja, dos veces pone la mesa.
El que cuece y amasa, de to le pasa.
El que ensilla su burro sabe pa’ donde va.
El que hoy te hace reír mañana te hará llorar.
El que lleva a vender mantas a Algodonales no está en sus cabales.
El que no fuma ni bebe, otros vicios tiene.
El que no llora, no mama.
El que no quiere polvo que no se arrime a la era.
El que no te conozca que te compre.
El que quiera higos de Lepe, que trepe.
El que quiera saber, que se compre un viejo.
El que se acuesta con niños meao amanece.
El que se mete debajo de una hoja dos veces se moja.
El que tiene un vicio o se mea en la puerta o se mea en el quicio.
El sacristán de Albolote y el cura de Maracena iban cantando y diciendo: Dios nos la depare buena.
El sastre de Campillo ponía de su casa aguja e hilo.
El templador de Rocío, que templando la guitarra, salió y volvió.
El trabajo es sagrado, no lo toques.
El vino es la teta de los viejos.
En abril se quemó la vieja el mandil.
En abril, aguas mil.
En agosto frío en rostro.
En Alcalá de los Gazules canta el cuco cada lunes. Y en todas partes, cada lunes y cada martes.
En Alganirejo, tocan a misa con un pellejo; y en toda la Alpujarra, con una jarra.
En Almería, la lluvia es alegría.
En Andújar, hombres granujas y mujeres brujas.
En Aracena, quien no tiene pan no cena.
En Baeza, hidalgos hambrones; en Úbeda, plebeyos con roblones.
En Baeza, tanto valen los pies como la cabeza.
En Benalúa, hay en cada casa una púa.
En Cantillana el que madruga se levanta de mañana.
En Cantoria está la gloria, en Fines el primer cielo, en Olula el purgatorio y en Macael el infierno.
En Carmona hay una fuente que tiene catorce caños con un letrero que dice : ¡Viva el pueblo sevillano!
En Carmona, mucha gente y pocas personas.
En Cazalla la manta y en Llerena la falta.
En Chiclana me crié, que me busquen en Chiclana, si me llegara a perder.
En Chucena quien no lleva pan, no cena, y uno que lo llevó, el cura se lo comió.
En Chucena se le hace una fiesta hasta a una gavilla de sarmiento.
En Darrícal nunca llueve porque está el cielo muy alto, pero llueve en Lucainena para cocer el esparto.
En diciembre, la tierra se duerme.
En Écija no hay cristianos, que todo es tierra de moros; ¡quién ha visto en la Cuaresma haber corridas de toros!
En el Campo de Gibraltar, trigos en berza y potros por domar.
En el campo estuviste colgao, en mi casa prisionero en mi barriga, consuelo desconsolao, sino me llevas de pie llévame de medio lao.
En el tiempo de la berenjena, la mujer se queda sin melena.
En enero se hiela el agua en el puchero.
En Estepa, los niños acabados de nacer ya se agarran con las uñas a la pared.
En Fuenteovejuna falta aceite y el vino suda.
En Guadalcanal, mucha carne y poco pan.
En Huétor Tájar y en Monachil todos mean y cagan en bacín.
En la casa el hombre reina y la mujer gobierna.
En la Macarena no hay cosa que no sea buena.
En los campos de Hernán Perea no hay mujer fea.
En Macarena no hay cosa buena.
En Madrid como en Linares, veinte mulas son diez pares.
En Martos, mala gente y buenos garbanzos.
En Moguer, sacaron el Cristo a palos, porque no quiso llover.
En Osuna y Orihuela, todo cuela.
En Osuna, allá se me suma.
En Pruna, de ciento, una; y en Olvera, ni una siquiera.
En Salteras, pon tu capa donde la veas; que la veas que no la veas, en la mano la tengas.
En San Antón, a las cinco con sol.
En todas partes cuecen habas y en mi casa a calderadas.
En Ubrique, la mosca te pique.
En viendo belleza todo hombre tropieza.
Eres cordobés o has pasado por Uclés.
Esa flor y la de Osuna, no es toda una.
Escarcha peluda, a los tres días suda.
Ese camarero es un Malaje.
Estepa, Estepiña, nido de aves de rapiña.
Esto no lo entiende ni Dió.
Esto tiene más años que el perro de carrasquito.
Estuve en Jaén y ronco también.
Febrerillo el loco, que sacó a su padre al sol y lo apedreó.
Febrero el curto, que mató a su hermano a hurto.
Fraile que pide por Dios, pide para dos.
Gástate en juergas y vino lo que has de dejar a los sobrinos.
Guadalquivir atrancado y Málaga abierta, agua en tierra.
Hacendado con olivos, un año en terciopelo y seis en cueros vivos.
Hay más días que ollas.
Hay quien por buscar un ochavillo gasta un real en cerillos.
Hazme ciento y fáltame en una, y no me has hecho ninguna.
Hermosa Virgen de Gádor, que estás al pie de la sierra, ruega por los mineritos que están debajo de tierra.
Hidalgo de Baeza, ni pecha, ni siembre, ni come, ni almuerza.
Hijo eres y padre serás; con la vara que midas, te medirán.
Hijos de gatos cazan ratones.
Hombre de Mancha Real, hombre bueno y hombre leal.
Hombre en cocina, calentura continua.
Hombre en cocina, condenación continua.
Honra merece el que a su padre parece.
Hormigas con alas, tierra mojada.
Invierno con poniente, ni mies en la era, ni agua en la fuente.
Invierno verano, ni paja ni grano.
Jarras de Andújar y alcarrazas de La Rambla hacen fresquísima el agua.
Jefe, arfavo y ponme unas aceitunas.
Julio caliente quema al más valiente.
La aseada de Burguillos, que le recorría la mierda por los tobillos.
La aseada de Villarrasa, que para matar las chinches quemó la casa.
La campana no va a misa, pero avisa.
La cuestión es bien sencilla: o Moriles o Montilla.
La esperanza no satisface, pero entretiene el hambre.
La gallina de Morón, por el pico pon.
La gente del Colmenar, llevan el cuello muy tieso y la pechera calá.
La infantería no llega y la caballería se pasa.
La Justicia y la cuaresma, para los pobres son hechas.
La luna lleva rolde y estrellas dentro; si a los tres días no llueve, poniente cierto.
La mejor cocinera, la aceitera.
La mejor lotería, trabajar todos los días.
La mejor oposición, es una buena recomendación.
La mujer es un manjar digno de los dioses, pero a veces lo guisa el diablo.
La mujer y la tierra, morena.
La neblina, del agua es madrina, y del sol vecina
La reina doña Isabel puso sus tiros en Baza y yo los he puesto en ti porque me haces mucha gracia.
La suerte de la fea, la bonita la desea.
La torre de Lebrija tiene una cosa: que se tiene derecha como las otras.
La vieja de los años mil guardaba pan para mayo y leña para abril.
La viña y el potro que la críe otro.
La Virgen de la Fuensanta tiene una huerta en Coín, y tiene sembrado en ella hierbabuena y perejil.
La yesca de Triana arde cuando le da la gana.
Lágrimas y suspiros mucho desenconan el corazón herido.
Lapeza es corral de vacas y Guadix un señorío; Darro es un espartal y Diezma un jardín florío.
Las Casas y Seldortún; Avellanal y Acabajo, forman un ramo de flores que se llama Montellano.
Las cosas de casa, se barren en casa.
Las de Mairena, largas de talle y cortas de piernas.
Las gentes de Verjer, si no tocan no ven.
Las mejores inyecciones, el vino y los jamones.
Las tres maravillas de Jerez: el vino, el caballo y la mujer.
Las visitas y la pesca a los tres días apestan.
Legua por legua, de Úbeda a Baeza.
Libro que sale de tu casa, de perderse lleva trazas.
Linares, la flor de los lugares.
Llegado septiembre el que tenga que siembre y llegado noviembre el que no haya sembrado que no siembre.
Llevar a Jerez vino, es desatino.
Llevar aceite a Andalucía, necedad sería.  
Llevar agua a la mar, eso sería desvaríar.
Llevar castañas a Galaroza, necia cosa.
Llora a puerta cerrada porque el vecino no entiende nada.
Lloraba la viuda de los Gelves, tocas blancas en años verdes.
Llueve y hace sol, tiempo del caracol.
Lluvias a su debido tiempo, bendición del cielo.
Lo frito calentito.
Lo hablao se lo lleva el viento, lo escrito queda de asiento.
Lo mejor del mundo es Matarredonda; después van Sevilla, Osuna y Ronda.
Lo olvidao, ni agradecío ni pagao.
Lo que el hortelano no quiere, en el huerto se le cría.
Lo que el padre logra, el hijo lo malogra.
Lo que no se llevan los ladrones aparece en los rincones.
Lo que otro suda, a mi poco me dura.
Lorilla, ni por la orilla.
Los caballeros de Bornos, buenos y pocos.
Los caracoles de abril para mí, los de mayo para mi hermano y los de junio para ninguno.
Los de Bollullos, gustan más de lo ajeno que de lo suyo: uno que mi capa vio, mientras yo dormía me la quitó.
Los de Osuna, todos a una.
Los hijos del jugador no tienen que reñir por la partición.
Los mandamientos de La Carraca: que cada uno fume de su petaca.
Los mozos de Bolaimí, llevan cadena y reló, y hasta deben en la tienda los broches del camisón.
Los niños y los tontos dicen la verdad.
Los ojos siempre son mozos.
Los patanos de Vera son como gatos, cuando quitan la mesa lamen los platos.
Los pescadores y los barberos, los más embusteros.
Los potricos de Jaén que acaban mal y empezaron bien.
Lucena la de los velones, mujeres malas y hombres peores.
Lucena, si no la conoces, no tengas pena.
Luna con cerco, agua presto
Luna llana, el agua mana.
Lunes de Triana, martes de Sevilla, miércoles en la cama, jueves al mercado, viernes a misa, sábado a hacer cuenta y el domingo no hay bocado.
Madre piadosa hace hija asquerosa.
Mal ajeno, a nadie le importa un bledo.
Mal camino no va a buen lugar.
Mal logradas de vosotras, calles de Utrera, en cada puerta un ramo de taberna.
Málaga cerrada y Guadiana abierta, agua cierta.
Malagueño y del perchel, mucho cuidado con él.
Malagueños, o muy listos o muy leños.
Malaguita, la de los boquerones y la de los vinos superiores.
Manos que no dais, que esperáis.
Mañana voy a Golúcar a ver a San Cayetano, a que me preste dinero para casarme el verano.
Mañanita de niebla, tarde de paseo.
Marbella es bella, no entres en ella, quien entra con capa sale sin ella.
Marzo ventoso y abril lluvioso sacan a mayo florido y hermoso.
Más delito que la Chinchorra de Puente Genil que vendió el coche para comprar gasolina.
Más largo que la legua de Montoro.
Más largo que un día sin pan.
Más pronto que un misto.
Más sabe un hambriento que cien abogaos.
Más vale remiendo feo que agujero hermoso.
Me voy a Camas, luego a Constantina, luego a Ronquillo y después a Levante.
Mientras el martillo va y viene descansa la cabeza del clavo.
Mientras tengan frutos los olivos, serán sus amigos los estorninos.
Migas de gañán con una vuelta están y las de pastor contra más vueltas mejor.
Molino parado no gana maquila.
Mollina no es ciudad ni es villa y es más grande que Sevilla.
Moro fino, come tocino y bebe vino.
Morón, donde el gallo cacareó cuando sin plumas se quedó.
Mucho te quiero perrico, pero pan poquico.
Mujer resuelta, cuernos a la vuelta.
Ni amigo reconciliado, ni asado recalentado.
Ni compadre de la sierra ni amigo de Atamarchena.
Ni en Sevilla, ni en Triana, ni en Jerez de la Frontera, no hay un puente más seguro que el que tiene la Triguera.
Ni enamorado en Morón ni en Sevilla fanfarrón.
Ni hombres de Priego, ni orejones de Alcaudete.
Ni pobre sevillano, ni cuerdo toledano.
Nieve en febrero se va como un galgo.
No es mal sastre el que conoce el paño.
No es que el zorro sea atrevido sino que las gallinas se van lejos.
No hay cuento soso como el que lo cuente sea gracioso.
No hay mala cocinera con tomates a la vera.
No hay peor cuña que la del mismo palo.
No por mucho madrugar amanece antes.
No por mucho trigo fue mal año.
No se puede estar en las migas y en las tajás.
No sé que hacer, si coger criada o ponerme a servir
No sirves ni pa tacos de escopeta.
No te fíes de Motril, aunque digan «bien te quiero», pues por una caña dulce mataron a un artillero.
No te metes la mano en el bolsillo ni en Alaska.
No te rías del mal del vecino que el tuyo viene de camino.
No tires piedras a tu tejao que te pueden caer en lo alto.
No toméis hincha al perro que tiene dueño.
No vayas a Casasola, que trabajas con la luna y allí se cena dos veces y no se almuerza ninguna.
Norte oscuro y Ceuta clara, agua mañana.
Nueve meses de infierno y tres de invierno.
O eres cordobés o has pasado por Uclés.
Ole salero, que más vale la gracia que el dinero.
Olvera, ni por la vera.
Oración y visita sabrosa y cortita.
Osuna y Estepa, terreno de alcaparreras.
Ovejica que bala, bocaíco que pierde, y al que no corre lo destalonan.
Pajarillos en banda, las tardes son de agua
Pan con hartura y vino con mesura.
Panza saliente luna creciente, panza entrante luna menguante.
Para alcarrazas, Chiclana; para trigos, Trebujena, y para niñas bonitas Sanlúcar de Barrameda.
Para casarse en Darrícal se necesita un telar, en Lucainena una maza y en Cherín un figüelar.
Para curar el catarro no hay como el jarro.
Pariente que no me luce, escopetazo que lo zurce.
Pasa verano en Écija y te derretirás como cera.
Pasada la noche de San Juan los ajos has de encerrar.
Patarráez a la salida, ventanía.
Pensamiento no andes tanto, que no te puedo seguir no vayas a meterte donde no puedas salir.
Pero de Ronda y camueso de Antequera, no caben en una faltriquera.
Por donde salta la cabra, salta la chiva.
Por malas vecindades, se pierden heredades.
Por San Andrés abre la pita y mata la res.
Por San Antón, a la espalda el perdigón.
Por Santa Ana se registra la parra, no la tardía, sino la temprana.
Por Santa Catalina todo el aceite tiene la oliva.
Que tú seas de Sevilla, bien está; pero ser yo de Alcalá ¿no es na?
Quien a los propios olivos varea a su propio caudal apalea.
Quien a Olvera va, quizás otra vez volviera; pero quien va a Pruna, ninguna.
Quien capa no lleva se acuerda de Grazalema.
Quien en Córdoba ha de morar, ha de poder cavar y arar, cabalgar a la jineta y vivir a la falseta y oír, ver y callar.
Quien en Sevilla vivió y de Sevilla se ausentó, siempre con pena la recordó.
Quien es ruin en Roma, ruin es en Carmona.
Quien estuvo en Morón jamás volvió.
Quien nada en la abundancia, lo mismo vive aquí que en Francia.
Quien no fuma, ni bebe vino, el diablo le tienta el camino.
Quien no siembra, no recoge.
Quien pillo quiera ser, vaya a Chiclana a aprender.
Quien se afeita y no bebe vino, o no tiene dinero, o no tiene amigos.
Quien se levanta tarde, ni oye misa ni come carne.
Quien tiene mucha pimienta hasta en las coles la echa.
Quien va a Chiclana, más pierde que gana.
Remienda tu paño y durará otro año.
Rey, río y religión malos vecinos son.
Rogad al santo hasta cruzar el tranco.
Sabiote, el que no es tonto es cipote.
Sabrás que vengo de Dilar y te traigo un estadal y unos garbanzos tostados; pero no los probarás.
Saca tu cruz a la calle y verás otra más grande.
Salir de Málaga, y entrar en Malagón.
Salud perdida, velas encendidas; salud recobrada, velas apagadas.
Según te veo el hato, así te trato.
Ser como el cura de Almogía, que quería casorio y capellanía.
Si buenas migas quieres comer, el brazo te ha de doler.
Si La Gomera se toca, aguárdate, poca ropa
Si la perdiz toca la guitarra, el agua no marra.
Si la víbora viera y el escorpión oyera, no habría criatura que en la tierra viviera.
Si llevas dinero a Estepa, que ni el alcalde lo sepa.
Si no ayudas a limpiar, colabora en no ensuciar.
Si por allá llueve por aquí no escampa.
Si quieres crear buena fama que no te de el sol en la cama.
Si quieres saber quien eres, pregúntale a tu vecino.
Si quieres ser buena suegra, y de la nuera alabada, ten el bolsillo bien abierto, y la boca bien cerrada.
Si quieres tener buen rabanal todos los meses has de sembrar.
Si quieres vivir sano, anda una legua más por año.
Si sopla el tramontana, cierra tu ventana.
Si te casas en Marchena, Dios te la depare buena.
Si te quieres consolar tendrás que mirar para atrás.
Si vas a Arboleas, pon la capa donde la veas.
Si vas a Beas pon tu capa donde la veas.
Si vas a Brenes, lleva pan para que cenes; y si has de pernoctar, lleva qué almorzar.
Si vas a la feria, compra burro grande ande o no ande.
Sol con barbas, lluvia o viento.
Sol madrugador y cura callejero, ni el sol calienta ni el cura será bueno.
Somontín, Urrácal, Fines y Olula: estos cuatro pueblos los gobierna un cura.
Tanto quiso el diablo a su hijo, que le sacó los ojos.
Tarde arrebolada, mañana mojada.
Tarifa guerrera, en valor primera.
Te voy a dar un mire usted y un sí señor con las patas verdes.
Teniendo cerco la luna y estrella dentro, agua o viento.
To lo que entre en la barriga, Dios lo bendiga.
Tocón, corral de vacas, y Bracana, retamar; quien quisiere buenas mozas vaya a Alomarte a buscar.
Todas las tormentas van a Carmona.
Todo lo que rula, para.
Todos a una, como en Fuenteovejuna.
Todos los ojos no lloran a la vez, unos lloran antes y después.
Todos son tales, los de Árdales.
Tres cosas hay en Granada que duran el año todo: nieve en la Sierra Nevada, arrebol para la cara, y en la calle Elvira… lodo.
Tres cosas tiene Cazorla que no las tiene Baeza: San Icisio, Monte Sión, la Virgen de la Cabeza.
Tres cosas tiene Priego que no las tiene Sevilla: la Fuente Rey, el barroco y las calles de la Villa.
Tres cosas tiene Zuheros que no las tiene Madrid: Charco
Tres cositas tiene Yebes que no las tiene Sevilla: la Fuente de los Menudos, Cañuelo y la Ventanilla.
Trilla más en julio un gallo que en agosto un caballo.
Truenos en Navidad, hambre o mortandad.
Tus hijos criaos, tus duelos doblaos.
Ubrique el petaquero, lleno tiene el mundo entero de petacas y monederos.
Un día de obra, un mes de escoba.
Una madre y una hija cogen en la misma camisa.
Una onza de pan lleva el alma a su lugar.
Una suegra y una nuera no cogen en una era.
Una vieja y un candil, la perdición de una casa: la vieja por lo que gruñe y el candil por lo que gasta.
Utrera, ni por la vera.
Utrera, tierra del dios Baco, cinco mil vecinos y quince mil bellacos.
Vale mas lo mucho poco que lo poco mucho.
Venir como las cabras de la sierra: sin leche ni cagarrutas.
Viento de Lebrija, agua fija.
Viento solano, agua en la mano.
Villa por villa, Carmona en Andalucía.
Villa por villa, Osuna en tierras de Sevilla; y otra villa buena, Marchena.
Villanueva del Ariscal, mucho vino y poco pan.
Villanueva está en un hondo, y Torafe en una cuesta, bebe vino del finillo que los dineros te cuesta.
Viva Segura, que es mi pueblo, San Vicente, su patrón viva la gente morena que morenita soy yo.
Viva Trigueros y Huelva y Moguer con su buen vino, y San Juan de Aznalfarache con su rio cristalino.
Yo no quiero que me den, pero que me pongan donde haiga.

Refranes graciosos andaluces

El gracejo andaluz es mítico. No en vano es hogar de humoristas ilustres como Chiquito de la Calzada, Martita de Graná, Dani Rovira o Paz Padilla. Aquí tienes un selección de los refranes más graciosos de Andalucía.

A la luz de la tea no hay mujer fea.
A quien Dios quiere mal, en Córdoba le dio un lugar.
A quien quieras mal mándalo a Écija a veranear.
Antes brujo que gallego, antes gallego que fraile, antes fraile que de Pitres, porque de Pitres no hay antes.
Caminas más que loco nuevo.
Cien sastres, cien molineros y cien tejedores, hacen justo trescientos ladrones.
Cuanto más bravo sea el toro, es mejor la corrida.
El que más se agacha, más se le ve el culo.
El que no esta acostumbrao a las bragas, las costuras le hacen llagas.
En Loja la que no es puta es coja.
Gorrino que en la mesa chilla, ya está oliendo a morcilla.
Llegando a los cincuenta, de la cola no hagas cuenta.
Madre, ¿Qué cosa es casar? Hija, hilar, parir y llorar.
Más contento que marica con dos culos.
Más de cenas que de penas están las sepulturas llenas.
Quien come y canta si no es tonto poco le falta.
Según come el mulo, así caga el culo.
Si quieres llegar a viejo y guardar una peseta, no abuses de la bragueta.
Tan sano es el trabajo como la sopa el ajo.
Un médico cura, dos dudan y tres muerte segura.
Vale más el entierro que la abuela.
Yo no voy a la iglesia porque estoy cojo, pero voy a la taberna poquito a poco.

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