frases de Desayuno con diamantes

Desayuno con diamantes, es junto con A sangre fría, la novela más conocida (y aclamada) de Truman Capote. La novela gira en torno a la fascinante y enigmática Holly Golightly, que entabla amistad con un aspirante a escritor, Paul Varjak. A través de los ojos de Paul conoceremos las andanzas de su vecina, tan impredecible como cautivadora. A continuación, puedes ver las mejores frases de Desayuno con diamantes, cuya adaptación al cine fue protagonizada por Audrey Hepburn. Aunque la historia de la cinta y la de la novela difieren en varios puntos, es una de esas  ocasiones en las que la película está a la altura del libro.

Frases de Holly Golightly

Holly Golightly parece vivir en una fiesta continua. Sin trabajo conocido, vive a expensas de sus numerosos admiradores y causa sensación en la sociedad neoyorquina. Pero tras su apariencia frívola se esconde una mujer mucho más profunda y melancólica, como puede vislumbrarse en algunas de sus frases.

¿Crees que te pertenezco? Eso es lo que todo el mundo cree, pero todos están equivocados.
Con buena voluntad, se puede querer a cualquiera.
Deje que él siguiera soñando cuando yo ya había dejado de soñar.
Los días rojos son terribles y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany’s, porque nada malo me puede ocurrir allí.
Me da igual ser cualquier cosa, menos cobarde, falsa, tramposa en cuestión de sentimientos, o puta: prefiero tener el cáncer que un corazón deshonesto. Y esto no significa que sea una beata. Soy simplemente una persona práctica. De cáncer se muere a veces; de lo otro, siempre. Oh, a la mierda con este asunto.
No entregues nunca tu corazón a un ser salvaje, porque si lo haces, más fuerte se vuelve. Hasta que tiene la suficiente fuerza para volver al bosque o volar hacia un árbol. Y luego a otro más alto hasta que desaparece.
No se puede leer una cosa así sin llevar los labios pintados.
Para que las cosas salgan bien tienes que querer hacerlas, y yo no quiero.
Se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Pero los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe por qué.
Se tarda exactamente cuatro segundos para ir de aquí a la puerta. Yo le doy dos.
Si encontrase un lugar de la vida real en donde me sintiera como me siento en Tiffany’s, me compraría unos cuantos muebles y le pondría nombre al gato. Ese silencio, esa atmósfera tan arrogante, en un sitio así no podría ocurrirte nada malo, sería imposible.
Si tuvieras dinero, me casaría contigo al instante.
Somos un par de seres que no se pertenecen, un par de infelices sin nombre, porque soy como este gato, no pertenecemos a nadie. Nadie nos pertenece, ni siquiera el uno al otro.
Tu país es aquel en donde te sientes a gusto. Y aún estoy buscándolo.

Otras frases de Desayuno con Diamantes

Por las páginas de Desayuno con Diamantes desfilan toca una galería de personajes retratados con maestría por Capote. Destacan el narrador de la historia, llamado Paul Varjak en la película (en el libro nunca se dice su nombre), o el viejo barman enamorado de Holly en secreto. Veamos las frases más recordadas de los secundarios.

Otras frases de Desayuno con Diamantes Por las páginas de Desayuno con Diamantes desfilan toca una galería de personajes retratados con maestría por Capote. Destacan el narrador de la historia, llamado Paul Varjak en la película (en el libro nunca se dice su nombre), o el viejo barman enamorado de Holly en secreto. Veamos las frases más recordadas de los secundarios.