El 2020 empezó con buenas noticias: la obra de Antonio Machado pasaba al dominio público. Eso significa que ahora cualquiera podrá disfrutar de la poesía de este insigne poeta español de la generación del 98. Para celebrarlo hemos hecho una gran recopilación de frases de Antonio Machado, con citas célebres y algunos de sus versos más inspirados. Puedes leerlos a continuación.
Frases de Machado
¿Dices que nada se crea? No te importe, con el barro de la tierra, haz una copa para que beba tu hermano.
¿Dices que nada se pierde? Si esta copa de cristal se me rompe, nunca en ella beberé, nunca jamás.
¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad.
¿Para qué llamar caminos a los surcos del azar? Todo el que camina anda, como Jesús, sobre el mar.
A las palabras de amor les sienta bien un poquito de exageración.
Algunos desesperados sólo se curan con una soga; otros, con siete palabras: la fe se ha puesto de moda.
Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y al creyente.
Aquellos que niegan la existencia de la verdad postulan la verdad de su negación y se contradicen a sí mismos.
Ayudadme a comprender lo que os digo y os lo explicaré mejor.
Benevolencia no quiere decir tolerancia de lo ruin, o conformidad con lo inepto, sino voluntad de bien.
Busca en tu espejo al otro.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar.
Converso con el hombre que siempre va conmigo. Quién habla solo, espera hablar con Dios un día.
Cuando nos vimos por primera vez, no hicimos sino recordarnos. Aunque te parezca absurdo, yo he llorado cuando tuve conciencia de mi amor hacia ti, por no haberte querido toda la vida.
Cuatro cosas tiene el hombre que no sirven en el mar: ancla, timón y remos, y el miedo a naufragar.
Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente. No basta mover para renovar. No basta renovar para mejorar. No hay nada que sea absolutamente empeorable.
De lo que llaman los hombres virtud, justicia y bondad, una mitad es envidia, y la otra no es caridad.
Debajo de todo lo que pensamos, vive todo lo que creemos, como el último velo de nuestros espíritus.
Descubrí el secreto del mar meditando sobre una gota de rocío.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos y el coro de los grillos que cantan a la luna. A distinguir me paro las voces de los ecos, y escucho solamente, entre las voces, una.
Desgarrada la nube; el arco iris brillando ya en el cielo, y en un fanal de lluvia y sol el campo envuelto. Desperté ¿Quién enturbia los mágicos cristales de mi sueño?
Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas.
Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción.
Dicen que el hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.
Dondequiera que el aprendizaje genere especialistas, la suma de la cultura humana se ve reforzada por eso. Esa es la ilusión y el consuelo de los especialistas.
El bueno es el que guarda, cual venta del camino, para el sediento el agua, para el borracho el vino.
El hombre es contradictorio. Esa es la esencia de lo específicamente humano.
El hombre sólo es rico en hipocresía. En sus diez mil disfraces para engañar confía; y con la doble llave que guarda su mansión para la ajena hace ganzúa de ladrón.
El infierno es la mansión espeluznante del tiempo, en cuyo círculo más profundo Satanás mismo espera, enrollando un reloj gigantesco en su mano.
El manuscrito inédito es como un pecado no confeso que se infecta en el alma, corrompiéndolo y contaminándolo.
El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve.
El único lenguaje viviente es el lenguaje en el que pensamos y tenemos nuestro ser.
En el análisis psicológico de las grandes traiciones encontraréis siempre la mentecatez de Judas Iscariote.
En el corazón tenía la espina de una pasión. Logré arrancármela un día: ya no siento el corazón.
En España, de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa.
En la desesperanza y en la melancolía de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.
En la rueda más pequeña de nuestro razonamiento es posible que un puñado de preguntas rompa el banco de nuestras respuestas.
En mi soledad he visto cosas muy claras que no son verdad.
En política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela.
En preguntar lo que sabes el tiempo no has de perder… Y a preguntas sin respuesta ¿quién te podrá responder?
Enseña el Cristo: a tu prójimo amarás como a ti mismo, pero no olvides nunca que es otro.
Entre vivir y soñar hay una tercera cosa. Adivínalo.
Es el mejor de los buenos quien sabe que en esta vida todo es cuestión de medida: un poco más, algo menos…
Es propio de hombres de cabezas medianas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza.
Evite los púlpitos, plataformas, escenarios y pedestales. Mantente al suelo duro. Es la única forma en que puedes juzgar tu estatus aproximado como hombre.
Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas.
Hay que llegar al final desnudo como los hijos de la mar.
Hoy es siempre todavía.
Jamás perdona el necio si ve la nuez vacía que dio a cascar al diente de la sabiduría.
Juzgarnos o corregirnos supone aplicar la medida ajena al paño propio.
La alegría consiste en tener salud y la mollera vacía.
La ausencia de vicios suma muy poco a la suma de las virtudes de uno.
La carencia de vicios añade muy poco a la virtud.
La mano del piadoso nos quita siempre honor; más nunca ofende al darnos su mano el lidiador.
La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.
La pasión del hombre por la verdad es tal que dará la bienvenida al más amargo de todos los postulados siempre que le parezca cierto.
La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido.
La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad, aunque se piense al revés.
La zona más rica de nuestras almas, desde luego la más extensa, es aquella que suele estar vedada al conocimiento por nuestro amor propio.
Las palabras más profundas del hombre sabio nos enseñan lo mismo que el silbido del viento cuando sopla o el sonido del agua cuando fluye.
Lo que el poeta está buscando no es el yo fundamental, sino el yo profundo.
Los grandes filósofos son poetas que creen en la realidad de sus poemas.
Los ojos porque suspiras, sábelo bien, los ojos en que te miras son ojos porque te ven.
Los que están siempre de vuelta de todo son los que nunca han ido a ninguna parte.
Luz del alma, luz divina, faro, antorcha, estrella, sol… Un hombre a tientas camina; lleva a la espalda un farol.
Mi alma no está dormida. Está despierta, completamente despierta. No duerme ni sueña, sino que observa, con los ojos muy abiertos, cosas lejanas, y escucha a orillas del gran silencio.
Mi filosofía es fundamentalmente triste, pero no soy un hombre triste, y no creo que entristezca a nadie más.
Moneda que está en la mano, tal vez se deba guardar. La monedita del alma se pierde si no se da.
Nadie debe asustarse de lo que piensa, aunque su pensar aparezca en pugna con las leyes más elementales de la lógica.
Nadie puede arrojar luz sobre los vicios que no tiene o las aflicciones que ha experimentado.
Ni el pasado ha muerto ni está el mañana, ni el ayer escrito.
No extrañéis, dulces amigos, que esté mi frente arrugada: yo vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas.
No hay nadie tan atado a su propia cara que no albergue la esperanza de presentarle otra al mundo.
No intentes apresurar las cosas: para que la copa se acabe, primero debe llenarse.
No te fíes de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven mal y hablan bien.
Nuestras horas son minutos cuando esperamos saber, y siglos cuando sabemos lo que se puede aprender.
Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura.
Para dialogar, preguntad primero; después… escuchad.
Pensé que mi fuego estaba apagado, y revolví las cenizas… Me quemé los dedos.
Peor que ver la realidad negra, es el no verla.
Poned atención: un corazón solitario no es un corazón.
Por mucho que un hombre valga, nunca tendrá valor más alto que el de ser hombre.
Puestos a elegir entre la verdad y el placer de buscarla, elegiríamos lo segundo.
Que dos y dos sean necesariamente cuatro, es una opinión que muchos compartimos. Pero si alguien sinceramente piensa otra cosa, que lo diga. Aquí no nos asombramos de nada.
Si cada español hablase de lo que entiende, y de nada más, habría un gran silencio que podríamos aprovechar para el estudio.
Si es bueno vivir, todavía es mejor soñar, y lo mejor de todo, despertar.
Solo un tonto piensa que el precio y el valor son los mismos.
Soñé – ¡error maravilloso! – que tenía una colmena aquí dentro de mi corazón. Y las abejas doradas estaban haciendo peines blancos y dulce miel de mis viejos fracasos.
También es el filósofo, digámoslo de pasada, el hombre que no quisiera dar nunca en el blanco sobre el cual dispara y para ello lo pone más allá del alcance de toda escopeta.
Tenga cuidado con la comunidad en la que no existe la blasfemia: por debajo, el ateísmo es desenfrenado.
Tengo a mis amigos en mi soledad; cuando estoy con ellos ¡qué lejos están!
Toda incertidumbre es fructífera… siempre que vaya acompañada del deseo de comprender.
Todo lo que se ignora, se desprecia.
Todo necio confunde valor y precio.
Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar.
Todos nuestros esfuerzos deben tender hacia la luz.
Tras el vivir y el soñar, está lo que más importa: el despertar.
Tu verdad no; la verdad y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela.
Virtud es fortaleza, ser bueno es ser valiente; escudo, espada y maza llevar bajo la frente; porque el valor honrado de todas armas viste: no sólo para, hiere, y más que aguarda, embiste.
Virtud es la alegría que alivia el corazón más grave y desarruga el ceño de catón.
Y en todas partes he visto gentes que danzan o juegan, cuando pueden, y laboran sus cuatro palmos de tierra. Nunca, si llegan a un sitio, preguntan dónde llegan
Yo he visto garras fieras en las pulidas manos; conozco grajos mélicos y líricos marranos… El más truhán se lleva la mano al corazón, y el bruto más espeso se carga de razón.
Antonio Machado: Frases célebres
La mejor definición de Machado la dió el también escritor Gerardo Diego: Antonio Machado era un hombre que hablaba en verso y vivía en poesía.
Machado vivió en varios lugares de España (Sevilla, Soria, Madrid, Segovia…). Trabajó como escritor y profesor de francés y murió de neumonía 22 de febrero de 1939, en Francia, poco después de exiliarse para huir de la Guerra Civil.
Dentro de su obra hay decenas de citas memorables, pero estas son las preferidas por muchos poetas:
Esperamos que este recopilatorio haya despertado tu interés por la obra de Machado. No dejéis de apoyarnos compartiendo nuestros contenidos a través de las redes sociales para que podamos seguir recopilando frases de los autores más destacados.