Pocas personas pueden enorgullecerse de haber ganado un premio Nobel de Literatura. Bertrand Russell (1872-1970) es uno de ellos, y contaba además con otros muchos talentos. Para que te hagas una idea, Russell además de escritor era filósofo y matemático. Estas frases de Bertrand Russell muestran todas las facetas de una de las mentes más brillantes de todos los tiempos.
Frases de Bertrand Russell
¡Qué agradable sería un mundo en el que no se permitiera a nadie operar en bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido conocimiento de la historia y de la novela moderna!
¿Para qué repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?
Afirmo deliberadamente que la religión cristiana, tal y como está organizada, ha sido y aún es el principal enemigo del progreso moral en el mundo.
Al contrario del esquema habitual me he hecho gradualmente más rebelde a medida que envejezco.
Aun cuando todos los expertos coincidan, pueden muy bien estar equivocados.
Carecer de alguna de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.
Conquistar el miedo es el comienzo de la riqueza.
Cristo dijo que debían entregarse los bienes a los pobres, que no se debía luchar, que no había que ir a la Iglesia y que el adulterio no debía ser castigado.
Cualquier sistema moral que tenga una base teológica se convierte en unos de los instrumentos a través de los cuales los poderosos conservan la autoridad y dañan el vigor intelectual de los jóvenes.
Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.
Cuando estudias cualquier materia o consideras cualquier filosofía, pregúntese solamente: cuáles son los hechos y cuál es la verdad que los hechos corroboran.
Cuando llegue la hora de mi muerte, no sentiré haber vivido en vano. Habré visto los crepúsculos rojos de la tarde, el rocío de la mañana y la nieve brillando bajo los rayos del sol universal; habré olido la lluvia después de la sequía y habré oído el Atlántico tormentoso batir contra las costas graníticas de Cornualles.
Cuánto placer se obtiene del conocimiento inútil.
El agnóstico cree que es imposible saber la verdad en los asuntos que le interesan al cristianismo y otras religiones, como Dios y la vida futura. O si no imposible, al menos imposible por ahora.
El hombre cuyos músculos están tensos cree en un Dios de acción, mientras que el hombre cuyos músculos están relajados cree en un Dios de pensamiento y contemplación.
El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de estos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto de interés y el afecto de otros muchos.
El hombre prudente sólo piensa en sus dificultades cuando ello tiene algún objeto. Cuando no, piensa en otra cosa.
El hombre puede ser científicamente manipulado.
El hombre que no tiene ningún barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que se derivan del sentido común, de las creencias habituales en su tiempo y en su país.
El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil.
El mundo necesita mentes y corazones abiertos, y estos no pueden derivarse de rígidos sistemas ya sean viejos o nuevos.
El mundo, ahora y antes, está basado en una competición a vida o muerte; lo que se disputaba en la guerra era qué niños, si los alemanes o los aliados, debían morir de hambre y de miseria.
El patriotismo es la disposición de matar y dejarse matar por razones triviales.
El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.
El que la ciencia pueda sobrevivir largamente depende de la psicología; es decir, depende de lo que los seres humanos deseen.
El sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación.
El secreto de la felicidad es darse cuenta de que la vida es horrible, horrible, horrible.
El secreto de la felicidad es este: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles.
El ser capaz de llenar el ocio de una manera inteligente es el último resultado de la civilización.
En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras
En todas las actividades es saludable, de vez en cuando, poner un signo de interrogación sobre aquellas cosas que por mucho tiempo se han dado como seguras.
En todos los tiempos modernos, prácticamente, cada avance de la ciencia, en lógica o en filosofía, ha tenido que hacerse contra la encarnizada oposición de los discípulos de Aristóteles. [1]
Entre todas las formas de cautela, la cautela en el amor es, posiblemente, la más letal para la auténtica felicidad.
Es la preocupación por las posesiones, más que ninguna otra cosa, lo que evita que el hombre viva noble y libremente.
Es una ley general que las civilizaciones decaen, menos cuando entran en contacto con otra civilización extraña superior.
Está claro que las causas psicológicas de la infelicidad son muchas y variadas. Pero todas tienen algo en común. La típica persona infeliz es aquella que, habiéndose visto privada de joven de alguna satisfacción normal, ha llegado a valorar este único tipo de satisfacción más que cualquier otro, y por tanto ha encauzado su vida en una única dirección, dando excesiva importancia a los logros y ninguna a las actividades relacionadas con ellos.
Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.
La buena vida es una vida inspirada por el amor y guiada por el conocimiento.
La calumnia es siempre sencilla y verosímil.
La Ciencia en ningún momento está totalmente en lo cierto, pero rara vez está completamente equivocada y tiene en general mayores posibilidades de estar en lo cierto que las teorías no científicas.
La ciencia es lo que sabes, la filosofía es lo que no sabes.
La ciencia parece estar en guerra consigo misma… La realidad conduce a la física, y la física muestra que la realidad es falsa. Entonces la realidad si es verdadera es falsa, por lo tanto, es falsa.
La conclusión es que sabemos muy poco y sin embargo es asombroso lo mucho que conocemos. Y más asombroso todavía que un conocimiento tan pequeño pueda dar tanto poder.
La envidia consiste en no ver nunca las cosas en sí mismas, sino sólo en sus relaciones. Si deseas gloria, puedes envidiar a Napoleón, pero Napoleón envidiaba a César, César envidiaba a Alejandro y Alejandro, me atrevería a decir, envidiaba a Hércules, que nunca existió.
La historia del mundo es la suma de aquello que hubiera sido evitable.
La Humanidad tiene una moral doble: una que predica y no practica, y otra que practica y no predica.
La libertad es algo maravilloso, pero no cuando hay que pagar por ella el precio de la soledad.
La Mayoría de la gente cree en Dios porque le han enseñado a creer desde su infancia, y esa es la razón principal. [3]
La percepción, sin comprobación ni fundamento, no es garantía suficiente de verdad.
La religión se basa, a mi juicio, primordial y principalmente en el miedo. En parte es terror a lo desconocido y, en parte, deseo de sentir que se tiene una especie de hermano mayor que estará junto a uno en todas las aflicciones y disputas. [3]
La religión sirve para impedir el conocimiento, promover el miedo y la dependencia. Es responsable en gran parte de la guerra, opresión y miseria del mundo.
Las matemáticas poseen no sólo la verdad, sino cierta belleza suprema. Una belleza fría y austera, como la de una escultura.
Las matemáticas pueden ser definidas como aquel tema del cual no sabemos nunca lo que decimos ni si lo que decimos es verdadero.
Las personas lunáticas oyen voces que no pueden oír otras gentes; y en vez de considerar que poseen un oído anormalmente agudizado, se les encierra.
Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.
Lo que los hombres realmente quieren no es el conocimiento sino la certidumbre.
Lo que se necesita no es la voluntad de creer, sino el deseo de averiguar, que es exactamente lo contrario.
Los artistas son, por regla general, menos felices que los hombres de ciencia.
Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible.
Los educadores, más que cualquier otra clase de profesionales, son los guardianes de la civilización.
Los hombres tienden a tomar las creencias que revisten sus pasiones.
Los más ilustrados de entre los griegos sostenían que la esclavitud era justificable siempre que los amos fueran griegos y los esclavos bárbaros, pero el caso opuesto era contrario a la naturaleza.
Me opongo a toda superstición, sea musulmana, cristiana, judía o budista.
Me parece fundamentalmente, deshonesto y dañino para la integridad intelectual creer en algo sólo porque te beneficia y no porque pienses que es verdad.
Muchas personas preferirían morirse antes que pensar; en realidad eso es lo que hacen.
Mucho de lo que pasa por idealismo es odio o amor al poder enmascarado.
Muchos hombres cometen el error de sustituir el conocimiento por la afirmación de que es verdad lo que ellos desean.
Nadie debería creerse perfecto, ni preocuparse demasiado por el hecho de no serlo.
No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.
No hablamos de la fe de que dos y dos son cuatro o de que la tierra es redonda. Sólo hablamos de la fe cuando queremos sustituir la evidencia por la emoción.
No importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero honestos.
Nos hallamos frente al hecho paradójico de que la educación se ha convertido en uno de los principales obstáculos en el camino de la inteligencia y de la libertad del pensamiento.
Observo que una gran parte de la especie humana no cree en Dios y no sufre por ello ningún castigo visible. Y si hubiera un Dios, me parece muy improbable que tuviera una vanidad tan enfermiza como para sentirse ofendido por quienes dudan de su existencia.
Para llevar una vida feliz es esencial una cierta capacidad de tolerancia al aburrimiento. La vida de los grandes hombres sólo ha sido emocionante durante unos pocos minutos trascendentales. Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de hombres de escasa valía.
Por lo que a mí respecta, creo que los principios teóricos del comunismo son falsos, y pienso que la práctica de sus máximas aumenta inconmensurablemente la miseria humana.
Quiero decir, con toda seriedad, que la fe en las virtudes del trabajo está haciendo mucho daño en el mundo moderno, y que el camino hacia la felicidad y la prosperidad pasa por una reducción organizada de aquél.
Rousseau estaba loco, pero fue muy influyente; Hume era cuerdo, pero no tuvo seguidores.
Se dirá que el placer de la aventura mental es raro, que pocos pueden apreciarlo y que la educación ordinaria no tiene en cuenta un bien tan aristocrático. Yo no lo creo. El placer de la aventura mental es mucho más común en el joven que en los hombres y mujeres mayores… Es raro en la vida adulta porque se hace todo lo posible por matarlo mientras dura la educación.
Sé sincero, incluso si la verdad es inconveniente, pues resulta más inconveniente cuando tratas de ocultarla.
Si algo es verdad, es verdad y si no lo es, no lo es, si es verdad debes creerlo y si no, no debes creerlo; y bueno, si no sabes si es verdad o no, deberías posponer tu opinión.
Temer al amor es temer a la vida, y los que temen a la vida ya están medio muertos.
Tengo recelo del Gobierno y desconfío de los políticos; pero como es preciso tener un gobierno prefiero que sea democrático.
Toda la actividad humana está motivada por el deseo o el impulso.
Tres pasiones, simples, pero abrumadoramente fuertes, han gobernado mi vida: el anhelo de amor, la búsqueda del conocimiento y una insoportable piedad por el sufrimiento de la humanidad.
Un síntoma de que te acercas a una crisis nerviosa es creer que tu trabajo es tremendamente importante.
Una buena vida es aquella inspirada por el amor y guiada por la inteligencia.
Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor.
Una vida entre los libros posee una calma y una paz muy grandes. Si bien es cierto que nos sentimos abrumados por un hambre terrible de algo menos tenue, nos ahorramos el remordimiento y el horror y la tortura y el enloquecedor veneno del arrepentimiento.
Uno de los defectos de la educación superior moderna es que hace demasiado énfasis en el aprendizaje de ciertas especialidades, y demasiado poco en un ensanchamiento de la mente y el corazón por medio de un análisis imparcial del mundo.
Yo estoy tan firmemente convencido de que las religiones hacen daño, como lo estoy de que son falsas.
Frases célebres de Bertrand Russell
Te hemos traído una buena recopilación de citas célebres de Bertrand Rusell, pero si hay que quedarse con unas pocas, nos quedamos con estas 10 (para muchos las más profundas):
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